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Fernando Yáñez  expone su nueva colección de pinturas que lleva por titulo A.M.E.N  desde el 10 de marzo hasta el 9 de abril en el espacio dedicado a pintura en el Hotel Virxe da Cerca en Santiago de Compostela. Este artista es licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Pintura. Desde finales de los 90 su obra ha estado expuesta en distintos espacios, destacando su participación en la exposición ARS MONIA organizada por el Museo de Lugo, donde tuvo una de sus primeras individuales: Espacios de vacio, o la más reciente participación en ArteSantander y la exposición Emerxentes en la Casa de la Parra.
Su obra ha estado seleccionada y premiada en varios certámenes de pintura como el premio de la Fundación Maria José Jove o el V Salón de Otoño, entre otros. Forma parte de numerosas colecciones institucionales como el Circulo de las Artes  de Lugo, el museo de Lugo o la fundación Konectanet.

Esta  serie  A.M.E.N , es una colección de obras realizadas en el último año, que comienza con la serie apostoles inspirados en los apostoles de Rivera, el resto de las obras parte de la misma inspiración figurativa que deriva en lo abstracto. El artista comenzó esta serie a partir del libro «Lo espiritual en el arte» de Kandinsky

Esta muestra forma parte del proyecto expositivo que se está realizando en los espacios de Pousadas de Compostela, gracias al convenio entre esta empresa y la coordinadora de exposiciones Cristina Carballedo para dinamizar expositivamente los espacios de Pousadas de Compostela. Este espacio dedicado a pintura fue inaugurado en julio del 2011 por el artista Masia.

Fernando Yáñez  es uno de los 27 artistas que presenta una obra en la exposición 73 x73 x273, a irmá do sono, primero en la Iglesia de la USC y y desde el 15 de marzo hasta el 20 de mayo en la Capilla de Sta Maria en Lugo. Esta exposición presenta la obra de 27 artistas que en su trayectoria artistica afrontan la representación plástica de la muerte.Este proyecto es una coproducción entre la USC y la Diputación de Lugo.

El artista describe en el siguiente texto el proceso de producción de esta nueva exposición A.M.E.N

LA MUERTE DE MI PINTURA

Es posible que el tema de la muerte, desde un punto de vista de búsqueda de lo irracional y lo desconocido, esté implícito desde hace tiempo en mi obra. Me interesa sobre todo, la dimensión espacio-temporal que se produce en el instante que nos elevamos de un mundo hacia un estado espiritual desconocido. Un instante de significación máximo, que sabemos que se producirá pero que lo hará de manera azarosa.

Recuerdo por ejemplo, mis trabajos de la serie “Espacios de vacío” de los años 2002 – 2003, donde indagaba de forma más abierta y general, en la representación azarosa del vacío, como un espacio de significación máxima. Un espacio que parte del vacío, como la muerte partiendo de la vida; siendo el límite entre las dos dimensiones el espacio sensorial que verdaderamente me interesaba a nivel artístico.

Durante los años 2004-2005 realicé una serie titulada “Requiem”. En esa época sentía especial interés por la misa funeraria inacabada de Mozart. Con un pretexto armónico, sensorial y cromático representé una serie de obras que indagaban en lo irracional, desde un punto de vista más personal que en la época anterior.

Después de unos años de recuerdos atrapados, representando espacios personales (serie LARES), volvió mi obra a sumergirse en un estado puramente espiritual. Recuerdo el 2010 como el año del recuerdo hacia sensaciones anteriormente encontradas. Recuerdo mi obsesión por la representación de la tela “sagrada” (la sábana santa); Una reliquia que reflejaba el instante del salto entre la vida y la muerte. Representación enigmática e irracional hasta el momento, que trasciende el propio entendimiento humano.

Mis telas empezaron a arrugarse, buscando significados y respuestas a lo desconocido. Al principio aparecieron imágenes de personajes, venerados en vida y dignificados tras su muerte. Fue un instante que era necesario. En la actualidad, me interesa el propio alma de la pintura; que se complemente cromáticamente, que certifique el mundo espiritual que lo vio nacer, que se muestre a sí misma como lo que es: un espacio espiritual desconocido, inquietante y necesario.

Kandinsky lo explicaba hace 100 años: “La pintura es un arte, y el arte en total no es una creación inútil de objetos que se deshacen en el vacío sino una fuerza útil que sirve al desarrollo y a la sensibilización del alma humana. El arte es el lenguaje que habla al alma de cosas que son para ella el pan cotidiano, que sólo puede recibir de esta forma” (De lo espiritual en el arte)

A.M.E.N es el título de la serie en la que trabajo desde el 2010. Son obras que hablan de posiciones antagónicas como la vida y la muerte, que intentan representar historias que se dice que sucedieron, filtradas por la propia pintura de mi alma. A.M.E.N representa un puente entre lo divino y lo humano, entre la propia vida de cada obra y lo divino de su propia representación. A.M.E.N es pintura, mi pintura (Alma, Momento, Espacio y Necesidad).

Mi pintura tiene que morir cada cierto tiempo, para poder resucitar con fuerza en un espacio de vacio infinito, que de significado a mi propia alma.

Así sea

Fernando Yáñez

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